LA VELA DEL CHICO SONRIENTE
Un día, cuando todo parecía terrible y oscuro, me encontré con un chico sonriente que en solitario, portaba una vela.
El chico de la vela emanaba una inmensa tranquilidad y a la vez, daba la sensación de permanecer en guardia esparándome. Su mirada parecía observar el infinito, aunque lo más inquitante era su dulce sonrisa...
¡Qué ingenuidad!, pensé. No son conscientes de cómo está el mundo: ni ven las injusticias, ni la violencia, ni la envidia, no ven la bajez de miras, ni la desolación, ni el egocentrismo...
Mis pensamientos que interrumpían el silencio, los sentimientos y el tiempo; fueron enterrados por el chico de la vela sonriente, quien con una voz a bajo volumen, muy calmada y a la vez grave, me contestó:
- Lo que observas depende de tus creencias establecidas o lo que tu vibración
te permite. Solo vives en el aquí y en el ahora, si haces lo que sientes.
- Orienta tu intención hacia la luz de tu interior y poco a poco se irá abriendo paso sobre la oscuridad.
- Cambia y cambiarás tu mundo.